
Aunque no recomiendan comer muchos fritos, a los niñ@s les encantan. Así que cuando me los piden les saco mis croquetas de espinacas y queso. Una manera de consolarme y pensar que por lo menos comen algo de verdura : )
INGREDIENTES:
– 300 grs de espinacas o una bolsa
– Queso emmental al gusto (yo suelo echar unos 150 grs)
PARA LA BECHAMEL
– 60 grs de harina
– 60 grs de mantequilla
– 600 ml de leche
– sal, nuez moscada, pimienta al gusto
Puedes hacer más cantidad manteniendo las proporciones.
PARA FREIR
– harina
– huevo batido
– pan rallado
– aceite

RECETA
Ponemos agua a hervir en una cazuela con un poco de sal. Cuando rompa a hervir echamos las espinacas y las cocemos durante 3-4 minutos aproximadamente.
Las escurrimos bien y las troceamos. Las reservamos para más tarde.
También dejamos el queso rallado antes de ponernos con la bechamel
Para la bechamel echamos la harina y la mantequilla en una cazuela y doramos la harina unos minutos. Si echamos la leche demasiado pronto la bechamel nos sabrá a harina cruda. Cuando esté la harina cocinada vamos echando la leche mientras revolvemos. Para que no te salgan grumos hay que echar poquita leche y revolver, y repetir este proceso poco a poco.
A fuego medio ir moviendo durante 10-15 minutos hasta que quede bastante consistente.
Añadimos sal, nuez moscada y pimienta al gusto y las espinacas y queso.
En una fuente, previamente untada con un poco de aceite vertemos la masa. La tapamos con film y la dejamos en la nevera hasta el día siguiente.
Al día siguiente, con la ayuda de una cuchara vamos dando forma a las croquetas.
Primero las pasamos por harina, luego por huevo y finalmente por pan rallado.
Si no las vas a comer todas ese mismo día, las puedes meter en bolsitas y congelarlas.
Cuando quieras hacerlas las puedes freír directamente congeladas a fuego no muy fuerte. Lo ideal es una freidora, pero si no una cazuelita pequeña con aceite que las cubra basta.
¡Bon appetit!